Quisiera contarles la historia sobre la necesidad urgente de que regrese a la Comuna Sacachun este patrimonio cultural de esta comunidad, no es momento de determinar si su veneracion es o no, religiosamente conveniente, lo que debemos entender es que la vivencia de los habitantes de esta pequeña comuna y sus alrededores, esta arraigada a su "santo" a su monolito "San Biritute". Conocemos de algunas instituciones que estan haciendo esfuerzos para que los devuelva el Municipio de Guayaquil,....Hagamos todos fuerza moral y gestionemos su pronto retorno a casa...
Esta es : "La historia del San Biriture- Sacachún"
Esta es : "La historia del San Biriture- Sacachún"
Amo y señor del recinto de "Sacachún", este nombre lo lleva
nada menos que un tótem monolítico tallado por los antiguos pobladores de la zona, el mismo que
era considerado una especie de "mentolátum" utilizado para todo y venerado por
los habitantes de Sacachún.
Considerado un celoso cancerbero y protector de sus devotos, sus
habitantes le atribuyen poderes capaces de generar lluvias y abundantes
cosechas, quitar dolores y espantar ladrones. No habíadolencia ni padecimiento
que se resistiese a sus virtudes curativas. Al punto que, para tratar las
enfermedades de la sangre o del padrejón, los Sacachùnenses no requerían de
emolientes o pócimas especializadas, brebajes o pistrajes, aguachirles o
bebistrajos, emplastos o menjunjes, cataplasmas o potingues, sino simplemente
tocarlo.
Estas potestades no eran sólo sus virtudes, también hacía que la
menstruación volviese a las menopáusicas y que las abuelas se embarazasen. Igualmente para las
jóvenes en "estado de merecer" que habían sido sacadas a cuarto aparte, y que pese al
empeño del "cholo" no entraban en aquello de la concepción, tenía una
solución. Para el efecto, durante lo más cerrado de las tinieblas y oscuridad
de una noche de verano, nunca en invierno porque las lluvias atenuaban sus
"amplios poderes", las interesadas debían darse un estrecho arrumaco
con enérgico restregón y mucha entrega contra la fría piedra totémica. Pero,
haciendo énfasis sobre un descomunal y pétreo falo erecto, que sin ningún pudor
exhibía el señor de Sacachún.
A pesar de poseer los poderes descritos, algunas veces solía fallar.
Cuando esto ocurría, especialmente en el Día de Difuntos (2 de noviembre), las perjudicadas,
por la noche, debían depositar a sus pies la clásica natilla de maíz, plátanos verdes asados
al carbón de guayacán, humitas, carnes secas y ahumadas al calor del fogón. Es decir, lo que
podríamos llamar, un variado y esmerado menú, generosamente acompañado de chicha de arroz y
aguardiente de punta.
Después de este magnífico agasajo, las interesadas en entrar "en
estado", confiadas, insistían en el estimulante proceso nocturno para
volver una y otra vez a la cama, y encontrar dormidos a Tigreros, Banchón o
Villón. Consecuentemente, el culpable de su sueño no era otro que Biritute,
quien con su impasible cara de piedra se hacía el sordo. Entonces se le armaba
la gorda. El más viejo del recinto asumía el papel de inquisidor, y fuete en
mano arremetía contra "Biri" para darle "tute". Era tan
fuerte la azotaina que hacía saltar chispas de su piedra caliza y un grupo de
lloronas o plañideras, coreaba pidiendo al ejecutante que cese el castigo.
Lastimosamente en 1952, el tótem fue forzosamente trasladado a
Guayaquil para ser expuesto en una de sus calles. Sin embargo, a nadie asombra
el hecho de observar de tiempo en tiempo a Sacachùneños rindiéndole tributo a
San Biritute y solicitando su intervención en las mejoras necesarias para la población de la tierra de donde es originario.
Muchos consideramos que el pueblo ha empobrecido desde su salida y desde hace unos 12 años un
pequeño grupo de personas apoyada por el antropólogo Edmundo Aguilar trabajan para
lograr el retorno del monolito
a su tierra de origen. ( Texto extraido de Proyecto de Sendero de "sacachun" TURIDEE-MINTUR )